“La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo la hiciste sentir” - Maya Angelou -
Érase una vez…
¿Recuerdas esas historias que te contaban cuando eras pequeño y que, aún hoy, conservas en tu memoria o le cuentas tú a otros? ¿Alguna vez te has parado a pensar en lo que te hacían sentir, y el motivo por el que las recuerdas mucho tiempo después?

Las historias, y la manera de contarlas, siempre han tenido gran importancia en todos los ámbitos de nuestra vida. Representan un lenguaje universal, a través del cual, a lo largo de todos los tiempos, se han transmitido lecciones vitales, tabúes, experiencias…
Nos conectan con nuestra esencia y valores, desencadenan emociones poderosas, e impactan directamente en los vínculos que creamos.
Por este motivo, los líderes de las empresas deben ser capaces de escribir su propia historia y enseñar a las personas de su equipo a narrarla.
Y, para ello, primero tienen que conseguir inspirarles y hacer que se sientan identificados. Necesitan generar en los empleados esa conexión y vínculo emocional con la empresa, que les llevará a interiorizar su historia y transmitirla como si fuera la suya propia.
Contar la historia de la empresa, es una forma de:
Abrazar el pasado - La historia nos traslada al origen, ayuda a poner orden y a situar hechos en momentos específicos. Nos revela la motivación detrás de su creación, y contribuye a entender qué es lo que se buscaba resolver y los pasos que se han tenido que dar para llegar a ser quiénes somos. Recordamos los momentos de satisfacción, y aquellos más complicados que nos han hecho aprender, y a todas las personas con quiénes hemos compartido camino.
Comprender el presente - Cuando conocemos el origen de la empresa (punto de partida) y el objetivo que se quiere alcanzar (punto de llegada), podemos, más fácilmente, explorar la realidad y descubrir el punto actual en el que estamos, valorar aquellos aspectos que funcionan y nos acercan al destino al que queremos llegar, y aprender de aquellos que no han sido tan productivos. Nos permite elaborar un diagnóstico compartido, y avanzar desde ahí para seguir creando la historia juntos, aportando cada uno desde su mejor versión.
Diseñar el futuro - Desde la conciencia de que siempre se puede seguir aprendiendo y mejorando, y que cada persona tiene habilidades y talentos que aportar a la historia de la empresa, diseñamos un plan y estrategia que nos guía hacia la consecución de nuestros objetivos y sueños.
Las historias nos regalan perspectiva y ayudan a enmarcar, contribuyen a poner en valor aspectos como el esfuerzo, la ilusión, y el trabajo realizado. Pero, además, favorecen el sentimiento de equipo y pertenencia de todos los componentes de la empresa, que se sienten parte de una historia compartida.
Las historias trascienden.
Y tú, ¿Has pensado qué es lo que quieres que trascienda de tu empresa? ¿Lo que quieres que cuenten las personas que la componen?
Nos encantaría escucharte.
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