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Claves para dar y recibir feedback

Actualizado: 12 abr 2023


Hace unas semanas compartimos contigo algunos motivos por los que dar feedback es importante.


Hoy nos gustaría continuar la conversación, poniendo el foco en la manera de darlo y de recibirlo, que es casi igual de importante (o más) que el feedback en sí mismo, ya que, si ésta falla, muy probablemente la retroalimentación que buscábamos no tenga el efecto y utilidad deseados.


Como ya vimos en el post anterior, el feedback es una herramienta positiva y necesaria en cualquier ámbito de la vida, y aporta elementos enriquecedores y valiosos para todas las personas involucradas.


Sin embargo, a veces, incluso la crítica más constructiva y bien intencionada puede producir efectos no tan positivos en las relaciones, confianza personal, iniciativa, motivación, etc. Tanto de quién lo ofrece, como de quién lo recibe.


¿Porqué? Porque la retroalimentación modifica la imagen que tienes de ti mismo, altera tus expectativas y la percepción que tenías sobre cómo estabas actuando, y te expone al temor de cuestionarte si el problema es sobre una habilidad o hecho concreto, o sobre tí como persona.


Por ese motivo es tan importante cuidar la manera en que se expresa un feedback, porque, por muy valioso que sea, también puede provocar efectos distintos a los deseados.



En este post, te traemos algunas ideas para contribuir a dar y recibir feedback de una manera efectiva y empoderadora, que esperamos que sean de utilidad y te animen a;

  • Pedir feedback de manera proactiva, mostrándote vulnerable y humilde, con predisposición al aprendizaje y mejora a través de la mirada de otras personas, que te ofrecen la oportunidad de aportar su visión de una manera específica y objetiva.

  • Naturalizar el feedback como parte esencial de tu comunicación y relaciones.


Cómo DAR feedback:


1. Busca un lugar y tiempo adecuados, de forma que todas las partes involucradas os sintáis cómodas, en confianza y comprometidas.

  • Espacio - Privado y tranquilo, donde podáis estar atentas y concentradas, sin riesgo de sufrir interrupciones, o de sentiros avergonzadas delante de otras personas.

  • Tiempo - Reserva un momento concreto, tan largo como sea necesario, para no tener prisa o dejar conversaciones sin terminar.

2. Busca la proporción ideal entre elogio y crítica. Lo que deseas es que la otra persona mejore en aquello que no domina y transforme sus debilidades en oportunidades, mientras mantiene su motivación y fortalezas actuales.

3. Comunica en un tono calmado, profesional y asertivo que facilite la escucha activa, dejando de lado la respuesta emocional que haya podido generarte el error cometido por la otra persona.

4. Céntrate en el problema, no en la persona. Se trata de abordar los comportamientos que afectan al desempeño laboral, acompañando con casos reales y argumentados.

5. Se específico y no generalices. Cuanto más detalle puedas proporcionar, más sentido tendrá el mensaje y más fácil será evitar interpretaciones personales y malentendidos.

6. Escucha lo que la otra persona tenga que decir. Se atento y comprensivo, dejando claro que el objetivo es resaltar aquellas cosas que se están haciendo bien, y encontrar los aspectos que pueden mejorar para lograr un mejor desempeño.

7. Fomenta que todas las partes involucradas participen en el proceso, y se sientan abiertos y en confianza para proponer sugerencias de mejora.

8. Haz un seguimiento efectivo de aquellos aspectos que hayan salido a la luz a raíz del feedback, de manera que las acciones y sugerencias propuestas lleven a resultados prácticos y no queden en el olvido.



Cómo RECIBIR feedback:


1. Escucha con atención y receptividad, animando a tu interlocutor a continuar. Aunque puedas no estar de acuerdo con algún comentario, no interrumpas. La retroalimentación siempre es correcta y suma, porque aporta información. Agradécelo.

2. Reformula o replantea la información recibida, para comprobar si realmente has entendido, y demostrar que has escuchado y valoras el feedback.

3. Pide más detalles, para extraer la mayor cantidad de información posible (por ejemplo: “Cuando has dicho esto, ¿Qué has querido decir?” “¿Puedes darme ejemplos”?)

4. Separa la información relevante, objetiva y racional sobre tu desempeño y rendimiento, de aquella que está influida por aspectos emocionales o expectativas.

5. Disocia la identidad del comportamiento, y no te tomes el feedback como un ataque o crítica hacia lo que eres. Elige quedarte con aquellos comentarios que te ayuden a crecer y desarrollarte, trabajando más, prestando más atención…

6. Actúa en consecuencia y recibe feedback con regularidad. Demuestra que tienes en cuenta y valoras la retroalimentación recibida y estás dispuesto a aplicar lo necesario para aprender y mejorar, de manera que a la otra persona le merezca la pena ofrecer su tiempo y comentarios cuando se soliciten.


Y tú, ¿Cómo te relacionas con el feedback? ¿Te sientes cómodo pidiéndolo, dándolo o recibiéndolo? ¿Cómo crees que podrías hacerlo mejor? ¿Y estar más disponible para recibirlo?


¡Nos encantaría escucharte!

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